Mientras las cárceles comunes sufren hacinamiento y torturas, en el CECOT los reclusos tienen privilegios.
En El Salvador, el contraste en el trato hacia los reclusos es alarmante. Mientras en cárceles como La Esperanza, Apanteos e Izalco hay denuncias de hacinamiento extremo, torturas y falta de atención médica, los internos del CECOT (Centro de Confinamiento del Terrorismo) parecen gozar de condiciones privilegiadas.
Detenciones bajo el régimen de excepción
Muchos salvadoreños, detenidos bajo el régimen de excepción sin ser miembros de pandillas, son enviados a prisiones comunes. Según relatos de quienes han logrado sobrevivir a estas cárceles, los internos enfrentan torturas, hacinamiento, desnutrición y mueren por la falta de medicamentos y atención médica.
Los testimonios evidencian una vulneración sistemática de los derechos humanos, pero el gobierno de Bukele los niega a través de una millonaria campaña publicitaria para no afectar su imagen.
La otra cara del CECOT
Por otro lado, el CECOT, una megacárcel promovida por el gobierno de Nayib Bukele, muestra una realidad diferente. Recientes reportajes televisivos ordenados por el gobierno destacan que en este penal no hay violaciones a los derechos humanos.
Se menciona que los reclusos —pandilleros de alto rango de la MS-13 y la Mara Salvatrucha— reciben alimentos puntuales, medicinas y atención médica, además de participar en actividades de educación física, entre otros.
Negación oficial de violaciones a los derechos humanos
El comisionado para los Derechos Humanos, el colombiano Andrés Guzmán, ha minimizado las acusaciones de violaciones a los derechos humanos en los penales salvadoreños.
A pesar de los numerosos testimonios y pruebas forenses, funcionarios del gobierno insisten en desvirtuar los señalamientos.
Testimonios delatan abusos
Un informe de la Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios de El Salvador (Unidech) recoge el testimonio de un médico detenido durante el régimen de excepción. Este profesional pasó cerca de dos años en prisión y denuncia que los reclusos no reciben atención médica, incluso aquellos con enfermedades crónicas.
En su testimonio, el médico relata que fue encargado de registrar a internos con padecimientos crónicos en la cárcel de La Esperanza (Mariona) desde marzo de 2022, cuando inició el régimen de excepción. Además, la Unidech denunció que las vacunas contra la COVID-19 aplicadas a los privados de libertad estaban vencidas.
Vacunas vencidas y consecuencias
Fidel Zavala, quien estuvo 13 meses detenido en Mariona y La Granja de Santa Ana, confirmó que él y otros 4,000 reos recibieron vacunas vencidas.
Zavala cuestionó los efectos adversos de estas vacunas y denunció públicamente las condiciones en las cárceles comunes. Sus declaraciones han provocado una campaña de difamación y persecución política. https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Privados-de-libertad-en-El-Salvador-habrian-recibido-dosis-vencidas-de-vacuna-contra-el-covid-19-segun-informe-20241212-0043.html