¿Dónde está el dinero? El uso del dinero por parte del Gobierno de Nayib Bukele y la crisis en la Universidad de El Salvador

La Universidad de El Salvador enfrenta una crisis financiera que amenaza su operatividad y el futuro de sus programas académicos.

En el corazón de esta situación se encuentra la pregunta: ¿dónde está el dinero? Específicamente, el dinero que debería estar destinado a la única universidad pública del país, vital para su funcionamiento y desarrollo.

Desde el 2022, la institución no ha recibido fondos estatales, acumulando una alarmante deuda gubernamental de 52 millones de dólares. Esta falta de financiamiento ha llevado a la suspensión de programas esenciales, como proyectos de investigación científica y programas de doctorado para el desarrollo del personal docente, afectando directamente la calidad y el alcance de la educación superior en El Salvador.

El rector Juan Rosa Quintanilla ha revelado que el presupuesto actual solo alcanza hasta abril de este año, poniendo a la universidad al borde de una crisis operativa. Además, la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, ha aprobado un recorte presupuestario adicional de un millón de dólares en octubre de 2023, profundizando aún más la crisis económica de la institución.

La vicerrectora académica, Evelyn Farfán, expresó su preocupación por los esfuerzos infructuosos para obtener el desembolso del dinero adeudado. Este impago afecta no solo la operatividad en línea y la contratación de docentes sino también la gratuidad de la educación y la capacidad de la universidad para brindar servicios educativos de calidad.

En un intento de encontrar soluciones, el ministro de Educación, José Mauricio Pineda, se ha comprometido a interceder con el Ministerio de Hacienda para completar el pago del decreto de retiro voluntario. Sin embargo, a medida que los recursos propios de la universidad se agotan, la situación se vuelve más crítica.

La crisis no solo afecta a la administración y al cuerpo docente; la comunidad estudiantil también se ve gravemente impactada, especialmente aquellos que dependen de becas para su educación. La incertidumbre sobre la continuidad de los programas académicos y la capacidad de la universidad para ofrecer una educación de calidad es una creciente preocupación.

Ante este desafiante panorama, la Universidad de El Salvador hace un llamado urgente al presidente Nayib Bukele y a las autoridades gubernamentales para resolver la deuda pendiente y brindar el apoyo necesario. Garantizar la continuidad de la educación superior en el país es esencial no solo para el presente académico de miles de estudiantes, sino para el futuro desarrollo económico y social de El Salvador. La resolución de esta crisis es imperativa para asegurar que la educación, un derecho fundamental, no se convierta en una víctima más de la inestabilidad financiera.

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