Bukele solo intervino 32 escuelas de las mil que prometió por año.

En cuatro años el gobierno ha sido incapaz de cumplir su promesa a los padres de familias que tienen a sus hijos en escuelas públicas deterioradas y que además asumen junto a maestros el pago de internet.

Otro año más en la espera de recibir clases en escuelas dignas, promesa que no logró cumplir el presidente Nayib Bukele, al igual que las bibliotecas y las clínicas dentro de los centros escolares que ofreció.

De las mil escuelas por día que dijo reparar y hasta construirlas de cero, solo 32 tuvieron la suerte de ser intervenidas, mientras que otras solo llegaron la inspección y nunca más regresó.

Sin embargo, la realidad que viven los alumnos es muy diferente al populismo del mandatario, ya que, a las puertas de terminar las clases, continúan recibiéndolas en paredes de lámina, techos inservibles, sin servicios básicos y en el peor de los casos sin el refrigerio escolar.

En diciembre de 2022, tres meses después del relanzamiento del programa “Mi Nueva Escuela”, el entonces director de la DOM, Álvaro O’Byrne, dio un dato revelador al afirmar que, durante ese año, de septiembre a diciembre, solo habían transformado 10 centros escolares” y no las dos por día como lo aseguro Nayib Bukele.

En ese evento, el gobernante textualmente dijo: “todo se va a cambiar, techos, cielos falsos, aislantes térmicos. Van a tener canchas y zonas de esparcimiento, un sistema eléctrico moderno y va a estar apegado a las nuevas necesidades de Internet, todas las escuelas van a tener Internet gratuito”, palabras que el viento se llevó manifiestan padres de familia.

Por su parte, las bases magisteriales y la población misma han externado su malestar al Ejecutivo porque reorienta fondos del presupuesto general a otras dependencias, incluyendo casa presidencial cuyos fondos son destinados a más publicidad.

 

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