Docentes, personal de salud, empleados de gobierno y estudiantes y familiares de detenidos por el régimen de excepción, exigen al gobierno estabilidad laboral, respeto a los derechos humanos y un presupuesto digno para salud y educación.
Las manifestaciones pacíficas continúan a pesar de los bloqueos ordenados por el presidente inconstitucional Nayib Bukele, quien busca ocultar el descontento popular con retenes militares y policías en carreteras.
Sin embargo, la política de miedo y amenazas con el régimen de excepción no han frenado las marchas pacíficas donde exponen la realidad de El Salvador a través de carteles y consignas, acciones que le molestan al Ejecutivo.
Esta unidad popular está cobrando fuerzas en las calles capitalinas, su único medio para ser escuchados y sacar a luz la corrupción de un gobierno que se comprometió a combatirla.
Para el gobierno de Bukele, solo se trata de marchas insignificantes, pero según lideres sindicales es todo lo contrario. “Cada día más salvadoreños están despertando y expresándose en las calles”.
Afirman volverán a protestarse el próximo 23 de noviembre como clase trabajadora, cuyos derechos han sido violentados con despidos injustificados y persecución política.
De acuerdo con el Movimiento por la Defensa de los Derechos de la Clase Trabajadora denuncia que se aproxima una nueva ola de despidos contra personal de educación que participó en la marcha del 19 de octubre.
Sobre esta situación, los afectados manifiestan que el ministerio de Trabajo es cómplice de las arbitrariedades ordenadas por el Ejecutivo, obligándolos a salir a las calles de manera pacífica.
En septiembre del 2021, Nayib Bukele fue sorprendido por la primera marcha que reunió a más de 20 mil salvadoreños que protestaron por la imposición del bitcoin, la reelección presidencial y el autoritarismo. https://www.revistafactum.com/bukele-protesta-15s/
Desde entonces su gobierno trata de frenar el descontento de la población con retenes policiales en las principales carreteras y calles que condicen hacia la capital, violentando el derecho a la libre expresión, el mismo que él (Bukele) aseguró en la ONU que respetaba,
