Las víctimas del régimen de excepción salen en estado “cadavérico” de las cárceles de Bukele.

Hombres y mujeres sin vínculos con las pandillas permanecen presos en condiciones infrahumanas. Algunos mueren en prisión, otros, con suerte fallecen a los pocos días de obtener su libertad.

El precio de la aparente seguridad que vive El Salvador la están pagando los ciudadanos que, sin tener relación con las maras, han sido capturados bajo el régimen de excepción, mientras los verdaderos criminales gozan de una lujosa cárcel y hasta disfrutan de eventos exclusivos dentro del recinto.

Nayib Bukele asegura que todos los capturados son pandilleros sin haber pasado por el debido proceso. El delito más grande de estos hombres y mujeres es vivir en los sectores populares o por tener una dudosa apariencia.

Sin embargo, las familias de estas personas tocan puerta tras puerta, pero ninguna institución gubernamental se atreve a darles respuesta para no “incomodar” al presidente. Ni la fiscalía, ni el procurador de derechos humanos dan la cara, aun cuando saben que muchos de los capturados son inocentes.

El gobierno niega que, en el interior de los penales de La Esperanza, Apanteos e Izalco, haya torturas y más de 300 muertes, según organizaciones de derechos humanos y el testimonio de los parientes. https://elpais.com/internacional/2023-05-29/reos-torturados-y-estrangulados-en-el-salvador-un-informe-denuncia-el-infierno-de-las-carceles-de-bukele.html

Cada vez que es cuestionado sobre el trato inhumano de los reos capturados en el régimen, su defensa es mostrar y jactarse de la mega cárcel CECOT. Aquí están los lideres de las dos pandillas más peligrosas de este país. MS 18 y la MS 13, aunque algunos fueron puestos en libertad por orden de Bukele y confirmado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Uno de los casos más recientes es el de un joven salvadoreño trabajador que fue detenido arbitrariamente y murió a los pocos días de obtener su libertad. Su apariencia cadavérica evoca un prisionero de los campos de concentración nazi o los Gulac- soviéticos, donde el gobierno confinaba a los disidentes.

La familia del joven que era albañil, que murió 13 días después de obtener su libertad, manifestó que “era solo el esqueleto” por la severa desnutrición, que había sufrido un derrame facial estando en prisión y que también tenía un tumor en el oído. https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/10/16/el-salvador-el-murio-en-mis-brazos-joven-albanil-muere-con-desnutricion-severa-tras-casi-dos-anos-detenido/

Al igual que otros informes extendidos por Medicina Legal, el deceso del joven albañil también fue por edema pulmonar a pesar de las evidencias físicas.

Sobre esto, el gobierno guarda silencio y convoca a sus granjas de troles a defender el régimen, el cual es parte de una cuota de detención para mostrar los éxitos de seguridad.

De esta manera, la justicia se ensancha con los pobres, pero no con los corruptos que se amparan bajo la sombra de un presidente y su familia que se han enriquecido con los impuestos de los salvadoreños, expropiando bajo amenaza de cárcel.

Samuel Ramírez, coordinador del denominado Movimiento de Víctimas del Régimen (Movir), afirma que han solicitado que se investigue la muerte de reos desde que entró en vigor el régimen de excepción en marzo de 2022, pero no hay respuesta.

La directora de la organización Socorro Jurídico Humanitario (SCH), Ingrid Escobar, sostiene que las 300 muertes de personas bajo custodia del Estado, un 60 por ciento fue por violencia adentro de las prisiones, 32 por negligencia médica y un diez por razones desconocidas.

 

 

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