Presidente de Colombia le recuerda a Bukele que la educación es prioridad, no cárceles.

La arremetida de Gustavo Petro hizo que Nayib Bukele “ardiera en Twitter” al cuestionar su método para combatir las pandillas. En la campaña presidencial el gobernante salvadoreño prometió cerrar penales y abrir universidades.

La obra ícono de Nayib Bukele, la megacarcel, fue reducida a cenizas, cuando su homólogo Gustavo Prieto  llamó “campo de concentración”, al recién inaugurado Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).

Esto, no cayó en gracia al mandatario salvadoreño, quien se enorgullece de tener la cárcel más grande de Latinoamérica, olvidando que durante su campaña le prometió a sus ciudadanos, cerrar los penales para dar paso a centros de educación superior.

Dicho ofrecimiento lo hizo en diciembre de 2019, a escasos seis meses de haber asumido la presidencia, fecha en la que anunciaba el cierre del penal de Chalatenango para edificar en ese espacio una universidad.

Sin embargo, la noticia pasó a ser más populismo, afirma la oposición que no ve cumplimiento en las promesas de campaña. Lo mismo pasó con la construcción del nuevo Hospital Rosales y Nejapa, donde solo hay un predio baldío y las 5,150 escuelas que reconstruiría.

Lo único cierto es que El Salvador tiene una cárcel, donde se han trasladado al menos unos 2,000 pandilleros hasta completar el cupo de 40 mil, según las autoridades de justicia.

Al referirse al emblemático reclusorio salvadoreño, el gobernante colombiano hizo una defensa a la educación como una manera de reducir los homicidios y no jactarse de un “centro de concentración”, declaraciones que desató una batalla entre ambos presidentes.

Petro dijo que “el presidente de El Salvador se siente orgulloso porque redujo la tasa de homicidios a partir, dice él, de un sometimiento de las bandas que hoy andan en esas cárceles, en mi opinión, dantescas”.

Luego agregó: “Nosotros logramos reducir, igualmente, esa tasa de homicidios, de criminalidad, de violencia, pero no a partir de cárceles, sino de universidades, de colegios, de espacios para el diálogo, de espacios para que la gente pobre dejase de ser pobre”. Expresó durante la entrega de la sede tecnológica El Ensueño, en el sur de Bogotá y remachando el no cumplimiento de la promesa de campaña de Bukele.

 

Bukele y sus troles al ataque.

Como era de esperarse y haciendo uso del sarcasmo, Nayib Bukele respondió:“Los resultados pesan más que la retórica” y le deseo en tono sarcástico, a Colombia que “en realidad logre bajar los índices de homicidios”.

Sin perder tiempo, el colombiano puntualizó la confrontación al afirmarle que: “Pasamos de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993 en Bogotá a 13 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022. No hicimos cárceles sino universidades”. Y después invitó al salvadoreño a “comparar las experiencias” en un foro internacional.

Esta Tuit, provocó aún más la molesta del presidente salvadoreño y sin aceptar la propuesta del Foro hecha por Petro, buscó justificar la megacarcel y no la educación, expresando: “¿Desde 1993? 30 años… ¿Usted gobernó 30 años? ¿Bogotá? ¿No es usted presidente de Colombia? Nuestra experiencia: De más de 100 homicidios por cada 100.000 habitantes, ahora estamos en cifras de un solo dígito. Y la reducción fue rápida, porque los muertos no se recuperan”.

Tras el ataque entre homólogos, los troles del Bukele se activaron reprochando las criticas de Petro, una práctica común cuando el gobernante se queda sin argumentos para seguir debatiendo, afirma las voces criticas que han sido víctimas de la persecución política del gobierno salvadoreño.

Nayib Bukele adjudica la reducción de homicidios al régimen de excepción, pero evade decir que tras éste hay acuerdos con los principales cabecillas de las tres pandillas que controlan a El Salvador.

Recientemente, Estados Unidos confirmó que hubo acuerdo del gobierno con las pandillas para obtener el triunfo de las elecciones de 2019 y 2021 a cambio de beneficios económicos y reducción de penas para los líderes de estas estructuras criminales.

En esta acusación que se libra en una Corte Federal de Nueva York, se menciona que dos funcionarios de su gobierno fueron los enlaces del pacto. Osiris Luna, director de centros penales y Carlos Marroquín directo de Tejido Social.

 

 

 

 

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