La venezolana, una de las principales asesoras del presidente salvadoreño Nayib Bukele y de su hermano Karim, fungió como intermediaria para una transferencia de $500,000.
Sara Hanna no es una simple asesora de Bukele y su hermano Karim. Ella es considerada una pieza clave en la toma de decisiones del gobierno salvadoreño, incluyendo el proyecto político islamista del presidente salvadoreño.
En Venezuela, Hanna tuvo una agenda política muy activa apoyando a la oposición. Su base de operaciones fue una oficina de relaciones públicas en Miami desde donde promocionaba la figura y causa del preso político del régimen de Maduro, Leopoldo López y de su esposa Lilian Tintori.
Una investigación realizada por el medio digital Infobae detalla la relación de influencia oculta que existe entre ella, Venezuela y con el mandatario Nayib Bukele.
Este medio, basado en información procedente de Estados Unidos, señala a Hanna en una red de mafia de lavado de dinero de Raúl Gorrín, prófugo por de la justicia estadounidense por lavar cerca de mil millones de dólares y entregar sobornos por USD 94 millones como parte de la operación política de Maduro en Los Estados Unidos.
Asimismo, se menciona a David Rivera, un ex congresista de la Florida procesado por fraude y lavado de dinero y a Hanna por su participación como intermediaria para recibir $500.000.
En el 2019, grupo congresistas republicados advirtieron a la Casa Blanca de los nexos de Hanna, asesora de Bukele con el régimen venezolano. https://www.infobae.com/america/america-latina/2023/05/06/quien-es-la-asesora-del-gobierno-de-el-salvador-vinculada-a-raul-gorrin-el-testaferro-de-maduro/
Tras los pasos de Gorrín
La investigación que inició en el 2017, permitió establecer más nexos con Nicolas Maduros, entre ellos David Rivera con quien Gorrín negocio un soborno y según la acusación del Departamento de Justicia en el distrito sur de la Florida, recibió unos USD 50 millones de Maduro.
Otro de los nombres que aparecieron es el de Sara Hanna y según Infobae, en 2017, cuando Gorrín residía en Miami desde donde movía dinero de Maduro, sostuvo reuniones con Lilian Tintori, esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López, quien pidió ayuda económica a Gorrín.
El acuerdo fue por medio millón de dólares, dato confirmado por la cadena Univisión en mayo de 2020 y en la que Rivera aceptó la veracidad de la información, mientras que Tintoti solo declaró que sí se había reunido con Gorrín, pero negó que le haya entregado dinero.
Sin embargo, agentes federales a cargo de la investigación siguieron pista a Gorrín y Rivera, dando como resultado en efecto el testaferro de Maduro había hecho una transferencia de dinero, USD 500.000 justos, a una intermediaria y esa era Sara Hanna Georges.
Dicha información quedó registrada en una serie de correos y documentos-resumen de la administración de Donald Trump en Washington, a los que Infobae tuvo acceso.
Por otra parte, un exfuncionario republicado ha investigado las andanzas de Gorrín y Rivera y su relación con Maduro junto al exilio venezolano en Florida, afirmó que “Rivera fue lobelista de PDVSA (petrolera venezolana) y que Gorrín se vendió a algunos republicanos como Backchannel (canal alternativo) de comunicación con Maduro y entre ellos Sara Hanna.
La PDVSA financió en el 2013 la operación política de Buekele, en ese entonces alcalde de Nuevo Cuscatlán, llegando a las manos del ahora mandatario como préstamos por parte de las empresas de fachada de Alba Petróleos.
El monto que llegó a las manos de Bukele fue de $600 millones, lo cual fue investigado por el exfiscal Raúl Melara, destituido por el gobernante para enterrar la corrupción del caso Catedral y no afectar la popularidad el gobernante.
De limpiar esta corrupción se encargó el fiscal Rodolfo Delgado, anteriormente ex empleado de la petrolera venezolana, ya que muchos de los nombres que figuraban en la nueva red de corrupción salvadoreña correspondían a funcionarios, amigos y familiares del presidente.
Hanna la poderosa de CAPRES
Ella es parte del “centro de poder”, como lo nombró investigación. Los Bukeles, Hanna, la jefa de gabinete del presidente y el secretario de comercio ocupan la jerarquía más alta en la influencia de la organización cuyo objetivo era lucrarse a través de acciones delictivas y acumular poder.
Hanna fue la cabeza de muchas decisiones durante la pandemia y estaba arriba de los ministros. Impulsó la adopción de las criptomonedas, similar a lo que hizo Venezuela y es la mente maestra de las comunicaciones y propaganda de Bukele.
Tras revelarse su influencia dentro de los Bukele, Sara Hanna optó por un bajo perfil y una presencia descrita en las redes sociales, pero tras el telón no para de mover los hilos con el objetivo de mantener en el pedestal a Nayib Bukele.