La desinformación y la propaganda del gobierno del presidente salvadoreño son claves para fanfarronear que goza de la aceptación de la población y de paso mantenerlos aferrados a promesas que en tres años no ha cumplido.
Recientemente, una investigación de la agencia de noticias internacionales Reuters reveló la estrategia que el gobierno de Bukele usa para manipular las masas y hacerles creer que realmente tiene el apoyo de la mayoría de la población. Para ello, hecha mano de la estrategia propagandística que le ayuda a manipular el discurso político y mantener un acoso constante para mantener alejados a sus críticos Sus principales herramientas son un ejército de cuentas falsas que se activan en “milesegundos para aparentar un apoyo incondicional de la población y proyectarse invencible.
Además, invierte miles de dólares para contratar a personas influyentes que “alaban su gestión” y también dispone de granjas de troles para divulgar de forma masiva mensajes a favor del gobierno, mismas que atacan a periodistas, analistas políticos que cuestionan la forma en que conduce al país.
Según el informe escrito por la periodista Sarah Kinosian, “el presidente Nayib Bukele ha construído un gigante de las comunicaciones en El Salvador. Su motor: troles de internet pagados, cuyos ataques virtuales están poniendo en peligro a periodistas y opositores políticos”.
Tres exempleados que afirmaron haber trabajado en las granjas de troles secretas del gobierno y que ayudaban a manipular el discurso político del gobernante. El salario que recibía era de $600 mensuales. “La clave de este esfuerzo son docenas de trabajadores de redes sociales pagados que manejan cientos de cuentas y bots anónimos, un megáfono utilizado para amplificar los mensajes del presidente”.
Asimismo, expresó que cuando firmó el contrato, no lo sabía que había hecho “un pacto con el diablo y se convirtió en un trol pro Bukele.
Las mentes magistrales para masificar a Bukele fueron expertos comunicadores que crearon una masiva red de “seguidores ficticios del presidente en las redes sociales para elogiar sus políticas”.
Otro de los objetivos de las granjas de troles, cita la investigación, ha sido insultar y atacar a los críticos del mandatario y reportar y presentar quejas contra las publicaciones de esos críticos con el propósito de que las plataformas cerraran sus cuentas. Muchas de estas actividades estaban bajo la supervisión directa de funcionarios de Bukele, las cuales se realizaban desde las oficinas de diversas instituciones estatales y el jefe inmediato era un ministro ajeno a las comunicaciones o medios estatales.
Las principales tareas eran “crear cuentas falsas de Twitter para a Bukele y Nuevas Ideas con la finalidad de ampliar la difusión de sus mensajes”, mencionaron los extrabajadores. Solo en YouTube, refiere la investigación registró 1500 canales encargados de difundir información oficialista a los salvadoreños y de paso estigmatizan a sus críticos. De igual manera se contabilizan 200 cuentas en Twitter creadas entre enero de 2019 y noviembre de 2020 en uno de los centros de troles administrado por uno de los expertos en comunicación entrevistados por Reuters. A inicios de noviembre de 2022, 76 de esas cuentas aún estaban activas.
En Facebook hay 1,056 páginas que se dedican a circular exclusivamente información en pro del gobierno de Bukele o en ataque a sus críticos en esta red social.
Los medios oficiales (radio, prensa, tv) también son utilizados para reforzar el discurso del presidente, transmitiendo contenido a favor de él y son sostenidos con fondos estatales, señala la investigación.
“La brillante cobertura de los medios nacionales ha ayudado al presidente a consolidar su base de poder y navegar varios escándalos, incluidas las denuncias de corrupción en su administración”, desde los cuales se genera desinformación, miedo y la apariencia de un apoyo al oficialismo.
Finalmente, el reportaje de Reuters concluye que la estrategia mediática del gobierno está planteada en dos ejes. El primero, proyectar idea de un apoyo masivo y multitudinario, que al mismo tiempo disuade a los críticos que buscan manifestarse. En segundo eje es hostigar, humillar e insultar a periodistas, sociedad civil y los críticos del gobierno para procurar el temor y el silencio de estos.