El Salvador se encuentra en una nueva coyuntura política con la reelección del presidente Nayib Bukele, la cual es calificada de “un atropello inconstitucional” y que trata de justificar una campaña de mentiras jurídicas”.

Para los movimientos populares y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, la intención de mantenerse en el poder mediante una reelección inmediata es una clara violación de la Carta Magna.

Ésta en su artículo 154 es clara en establecer que “el periodo presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más”.

Además, el artículo 152 señala que no puede ser candidato a presidente “el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores del periodo presidencial”. 

También el artículo 88, la Constitución también establece que “la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecidos. La violación de esta norma obliga a la insurrección”.

Sin embargo, Nayib Bukele, quien era un crítico de los que se aferraban al poder, ha decido ignorarla e imponerse para un segundo período, tergiversando la interpretación de la Carta Magna.

A nivel internacional, el rechazo también ha sido contundente y una de las organizaciones que se pronunció fue la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), conformada por exjefes de estado.

“Dada la gravedad del caso”, los miembros de esta organización consideran que se estaría en presencia, como lo indica expresamente en su artículo 20 la Carta Democrática Interamericana, de “una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático (…) Por lo tanto, las reglas de acceso al ejercicio del poder no pueden ser modificado sin ningún límite por quienes temporalmente se encuentran ejerciendo el poder político”.

Al mismo tiemplo aclararon que la Constitución salvadoreña dispone como cláusula pétrea en su artículo 248, que establece que “no podrán reformarse en ningún caso los artículos de esta Constitución que se refieren a la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República.”

Llamado a defender la democracia

Aparte de abogados constitucionalistas, diputados y analistas internacionales, otro de los sectores que se oponen a la reelección de Bukele son los movimientos populares, uno de ellos el Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular y la Alianza Nacional El Salvador en Paz.

La organización llamó a los salvadoreños a luchar por la democracia y derechos humanos, ya que por su candidatura el país se encamina hacia una dictadura y ésta labrando el camino para consolidarla.

Tanto la Alianza como el Bloque recalcaron que el anuncio de Bukele de correr con su candidatura a las elecciones presidenciales busca generar condiciones políticas para “imponer” su reelección.

“Como organizaciones populares hacemos un llamado a todos los sectores del país y compatriotas en el exterior a continuar en pie de lucha para detener a este régimen autoritario”, manifiestan.

Salvadoreños en el exterior y que son parte de la diáspora, reprueban la imposición de Bukele para un segundo mandato y le recordaron que él mismo antes de ser presidente, afirmó que “la Constitución no permite que una misma persona sea presidente dos veces seguidas” y que “eso es para garantizar que una persona que está en el poder no ocupe ese poder para quedarse en el poder”. Hoy es todo lo contrario.