La muerte de una niña en esta colonia de Soyapango pone en duda la medida del régimen de excepción y el Plan Control Territorial.
El gobierno de Nayib Bukele utiliza el dolor humano para justificar una nueva prórroga de un régimen de excepción que en 18 meses ha demostrado que solo es una estrategia política para mantener su popularidad de cara a las elecciones y no para frenar la delincuencia.
Sin embargo, el supuesto éxito de esta medida es imposible de comprobarse porque el acceso público a estadísticas de homicidios y otros delitos que se contabilizan los asesinatos es nula.
El lamentable caso de la niña asesinada deja al descubierto que la seguridad en los barrios supuestamente recuperados por el gobierno es un “parche”, ya que los residentes de La Campanera aseguran que solo dos policías ayudaron a buscar a la menor.
Después de encontrar el cadáver, el panorama cambió y paso de pocos a decenas de policías y militares en dicha colonia que estuvo sometida por la pandilla 18 sureños.
Una de las mujeres que denuncio que su marido fue sacado de su vivienda para ser interrogado, junto a otros más, dijo que “para buscarla solo dos anduvieron, pero hoy que ya está muerta viene el gran montón”. https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/nina-asesinada-soyapango-la-campanera/1095695/2023/
Elizabeth Tobar, otra de las madres de esta comunidad, declaró a Diario El Mundo que, ellos mismos se habían organizado para buscar a la menor porque las autoridades no les dieron apoyo.
De acuerdo con los lugareños, antes las patrullas pasan de vez en cuando, pero ahora el municipio ha sido cercado por 8,500 soldados y 1,500 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), con el objetivo de “sacar a los pandilleros”.
Esto dicen los afectados, es contradictorio porque meses atrás diputados y el mismo presidente anunciaron que La Campanera había recuperado la tranquilidad, pero al disminuir los patrullajes, la realidad es otra.
Los críticos señalaron que decir que somos el país más seguro de Latinoamérica es una irresponsabilidad, incluso el mismo Bukele lo declaró en la ONU, pero los salvadoreños saben que no es verdad.
Asimismo, reprochan que diputados como Christian Guevara, de Nuevas Ideas, usen al municipio para fines propagandísticos, incluso se le ve caminando por las colonias de Soyapango y hasta lo graban, pero de tras de cámaras están los guardaespaldas, militares y policías, irónicamente dándole seguridad.
Aunque el hecho no está atribuido a las pandillas, es importante resaltar que la violencia está presente. Recientemente otra menor de edad fue abusada sexualmente por militares en la zona de Mizata, departamento de La Libertad.
En este caso, el ministro de Seguridad trato de minimizar los hechos, pero con lo sucedido en La Campanera ha sido exponencialmente usado, montando todo un Show, algo que no se vio en Mizata.
Declaraciones de diputados como Ernesto Castro, quien sentenció “que se pudra en la cárcel”, no se dieron para la menor del La Libertad ni en otros casos, dejando claro el oportunismo político.
Si bien al capturado al supuesto responsable, la ley debe aplicarse “parejo” y no privilegiar a los militares, que se aprovechan del régimen de excepción para amedrentar a las mujeres y abusarlas.
